Gracias por tanto
Queridos hermanos y hermanas:
Igual que cada año por estas fechas, el domingo 6 de noviembre celebramos el Día de la Iglesia Diocesana.Tras una pandemia que trastocó nuestras vidas y causó un pro- fundo dolor, en un momento en el que muchos hogares viven con miedo e incertidumbre por la situación económica, quiero daros las gracias a todos los que formáis la Iglesia que peregrina en Madrid –laicos, sacerdotes y religiosos– porque juntos hemos seguido y seguimos mostrando el rostro del Señor.
Gracias por tanto, como dice el lema de la jornada. Gracias por vuestra oración permanente, por ir al encuentro de Dios y, desde ahí, al encuentro de otros. Gracias por vuestro tiempo, por vuestra entrega desinteresada, por vuestro compromiso en las parroquias y en numerosos proyectos pastorales, sociales, culturales y educativos. Gracias por poner vuestras cualidades, vuestros talentos, al servicio de los demás, especialmente de los más vulnerables. Y gracias también por vuestro apoyo económi- co permanente, por vuestros donativos y suscripciones. Gracias a cada uno de vosotros, la Iglesia diocesana cumple el mandato del Señor de ir a todos los rincones de Madrid y proclamar el Evangelio, con obras y palabras, en las situaciones reales en las que se encuentran las personas (cf Mc 16, 15).
Como detallaba en mi carta pastoral de este curso, A la mi- sión: retornar a la alegría del Evangelio, cuando uno siente el amor de Dios y su misericordia, tiene el deseo de comunicar la experiencia. Es un deseo sin fronteras, sin límites, que nos hace acercarnos a quienes tenemos al lado, pero también a los
† Carlos Osoro Sierra
Arzobispo de Madrid
alejados, a quienes viven en la indiferencia. El Señor, que busca a todos, nos alienta a hacerlo presente, sin miedo y con alegría, en nuestros barrios y pueblos, en nuestras familias, en nuestras salidas con amigos, en nuestros
trabajos y rutinas… y, ciertamen- te, esta misión tan apasionante es mucho más llevadera cuando la hacemos acompañados, sinodal- mente. Gracias por vuestro entu- siasmo y por vuestra compañía.
A las puertas de la fiesta de nuestra patrona, la Virgen de la Almudena, y en pleno Año San- to de nuestro patrón, san Isidro Labrador, os encomiendo a ellos. Que igual que hicieron ambos cuidemos el encuentro con Dios. Que igual que hicieron ambos, de manera humilde y no pocas veces callada, sigamos ayudando a otros.
Gracias por vuestro tiempo, por vuestra entrega desinteresada, por vuestro compromiso en las parroquias y en numerosos proyectos pastorales, sociales, culturales y educativos a otros. Que sigamos siendo esta gran familia y sigamos acer- cando juntos a Dios a nuestros contemporáneos.
Con gran afecto, os bendice.