Gracias por tanto
† Carlos Manuel Escribano Subías
Arzobispo de Zaragoza
La construcción de la Iglesia diocesana es cosa de todos los bautizados. Hombres y mujeres, jóvenes, niños y mayores, que descubriendo su vocación bautismal la van haciendo fructificar día a día en tantos lugares y momentos, compar- tiendo siempre un sincero deseo de servir a los demás, de seguir a Jesucristo y de anunciar el Evangelio.
Ese discipulado se ha visto enriquecido por la propuesta del papa Francisco de potenciar la sinodalidad en nuestro ser Iglesia. La fase diocesana del sínodo, que vivimos con inten- sidad el curso pasado en nuestra diócesis, se convirtió en una magnífica oportunidad para profundizar en nuestro caminar juntos, reforzando nuestro ser Iglesia diocesana en comunión.
Estas páginas que recogen algunos datos pastorales y económicos de la vida de nuestra diócesis, de la que tú también eres protagonista, se convierten en expresión de sincera gratitud por tanto compromiso y esfuerzo. Son muchos los rostros que la componen, piedras vivas (Cf. 1 Pe 2, 5) en definitiva que edifican nuestra Iglesia diocesana.
En el transcurso de los años, muchos han ido aportando lo mejor de sí en los distintos ámbitos de la evangelización. Cada uno lo ha hecho arrimando el hombro con generosidad y constancia. Por eso hoy es una buena ocasión para dar gracias por tanto: gracias por tu oración. Cuando rezas por los demás y por la evangelización estás construyendo Iglesia diocesana.
Gracias por tu tiempo. Quizá no tengas mucho tiempo que ofrecer, pues seguro que tienes mil obligaciones, pero estoy convencido que lo ofreces desde el corazón; ¡y no sabes lo mucho que nos ayuda! Gracias por tus cualidades. Cada uno tenemos las nuestras, es verdad. Pero si te paras a pensarlo, nos complementamos al caminar juntos. En el fondo se trata de sacar rendimiento a esos talentos de los que nos habla Jesús en el Evangelio.
Y gracias también por vuestro inestimable apoyo económico. Sin tu aportación que brota de un corazón comprometido y fraterno, sería muy difícil llevar a cabo muchos de los proyectos de evangelización que queremos sacar adelante. Mucho esfuerzo que sigue vivo en tantas actividades que se realizan y que dan sentido pleno a lo que somos y hacemos y que en nuestra diócesis tienen nombre propio: nuestro plan pastoral VITA.
Nuestra Iglesia diocesana muestra con sencillez en estas pá- ginas lo que es: en la celebración de los sacramentos, en la actividad pastoral en tantas parroquias y comunidades, el dinamismo misionero que sale en busca de alejados y ausentes, en las distintas tareas educativas, en el servicio constante a los más débiles de nuestra sociedad. En este rico contexto el lema de este año cobra pleno sentido: «Gracias por tanto». Sí, muchas gracias por vuestro compromiso y apoyo.