Gracias por tanto.

† Ángel Javier Pérez Pueyo

Queridos diocesanos: hoy quiero darte las Gracias por tanto. Hoy hago mío el lema de este Día de la Iglesia  Diocesana para expresar mi gratitud por tu oración, tu  tiempo, tus cualidades y tu apoyo económico, pilares de nues tra labor pastoral en esta parte oriental del Alto Aragón. Siento  que el Señor sigue bendiciéndonos copiosamente y más en este  día que, además de celebrar que formamos parte de una gran  familia, abrimos el proceso diocesano de beatificación de 250  nuevos mártires de esta diócesis. A nuestros 81 beatos, se suma rán 210 sacerdotes diocesanos, tres clarisas del monasterio de  Monzón, cinco seminaristas y 34 seglares. Nunca como entonces  tuvo nuestra diócesis su orquesta mejor afinada en todas sus fa milias, cuyo legado recogemos con responsabilidad.

 

Damos gracias a Dios por esta diócesis de las tres emes, misio nera, mariana y martirial, al tiempo que tomamos conciencia de  que esa misma gratitud es la que nos insta a ponernos las pilas,  ofreciéndole lo mejor de nosotros mismos para ir todos a una,  de manera coordinada y con un mismo objetivo: que nadie se  pierda. Eso es lo que intentan hacer, cada día, los hombres y  mujeres de esta Iglesia diocesana, llegando a todos los rincones  de cada una de las 254 parroquias que hoy hemos agrupado en  ocho unidades pastorales y cuatro arciprestazgos, con la labor  entregada y conjunta de nuestros sacerdotes, consagrados y lai cos comprometidos. 

Y ese «para que nadie se pierda» lo materializamos en la acción  celebrativa, pastoral, evangelizadora, educativa, caritativa y  asistencial que presentamos, de forma especial, en esta jornada.  Lo hacemos aportando cifras, historias y rostros que nos revelan la esencia de la Iglesia en Barbastro-Monzón. Con pequeñas o  grandes acciones, desde la fe y el compromiso individual, se guimos caminando juntos en el camino sinodal que llevamos ya  unos años andando. En ese camino tenemos muy presente que  para el sostenimiento de la Iglesia diocesana es igual de impor tante la ayuda monetaria, en tiempo, oración o habilidades, de  cada feligrés, como su buena administración y gestión. Así que  un año más, y de forma totalmente trasparente, os presentamos a qué y cómo van  destinados los recursos que  nos habéis ofrecido y que es tamos tratando de optimizar  humana y profesionalmente  lo mejor que sabemos, pode mos o nos dejan. 

Porque queremos, como ya  os he compartido en otras  ocasiones, ir avanzando ha cia la autofinanciación de  una iglesia sostenida libre mente por sus fieles. No solo en lo económico –que a veces es, incluso, lo más sencillo– sino  y sobre todo en lo que se refiere a la entrega personal y a la co rresponsabilidad, como una forma de vida, de toda la vida. Os  invito, por tanto, a contribuir con esta Iglesia en Barbastro-Mon zón como mejor podáis y consideréis, y os doy, de corazón, las  gracias por hacerlo. 

1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

Artículos Destacados