Una pregunta 

† Santos Montoya Torres

Merece la pena dedicar un rato para valorar lo que la Iglesia realiza,  para darnos cuenta del volumen de creatividad, respuesta y com promiso de tantas personas que están contribuyendo al bien común

No sé si alguien de los que leen este texto ha tenido la experiencia de verse cuestionado en alguna ocasión por asuntos de la Iglesia en cualquiera de los actos sociales en los que participamos, entendiendo que quien pregunta nos ha vinculado por alguna razón con ella y aprovecha la ocasión para obtener una respuesta. Cada uno recordará lo que pudo o supo decir al respecto, quizá con el deseo de haber querido contestar de un modo más riguroso en caso de haber tenido más datos en los que basarse, lo que nos puede animar a conocer
mejor la actividad eclesial.

Una buena oportunidad para refrescar lo que es y hace la Iglesia es asomarse a la campaña que cada año se organiza con motivo del Día de la Iglesia Diocesana. Es un buen momento
para tomar conciencia de la vinculación concreta que cada uno tiene con la Iglesia particular, del concepto que se tiene de ella, del grado de participación con el que queremos implicarnos, del sostenimiento económico al que estamos dispuestos, de lo que entendemos que nos ofrece y lo que creemos que le ofrecemos.

Los datos que se publican en esta jornada nos hacen sentirnos orgullosos del inmenso bien que se reparte, el que podemos«contar» a través de una gran variedad de acciones de todo tipo (caritativas, rituales, formativas, etc.) y el que queda alojado en el interior, fruto de la propuesta de la fe, que da sentido a la vida.

Merece la pena dedicar un rato para valorar lo que la Iglesia realiza, para darnos cuenta del volumen de creatividad, respuesta y compromiso de tantas personas que están contribuyendo al bien común, a la paz social, a paliar la desigualdad, a empeñarse en sacar adelante situaciones que, de no tener esta ayuda, quedarían injustamente olvidadas.

Que su ejemplo suscite el nuestro, sabiendo que lo propio del cristiano es el testimonio que brota de un encuentro personal con el Señor. Así lo hemos querido recordar con el lema que hemos elegido para el curso pastoral de este año: «Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos» (1 Jn 1,3).

Mucho de lo anunciado está traducido básicamente en los datos que se muestran en estas hojas. Demos a conocer esta buena noticia, tantas veces silenciada, que nos haga ser más conscientes de la misión de la Iglesia, y contribuya a responder esa pregunta que nos recuerda la tarea de dar razón de nuestra esperanza.

1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

Artículos Destacados