Orgullosos de nuestra fe

† José Mazuelos Pérez

Obispo de Canarias

Orgullosos de nuestra fe es el lema elegido para el día de la Iglesia Diocesana, que este año celebraremos el próximo domingo día 12 de noviembre. 

 
En primer lugar, debemos valorar el necesario tesoro de la fe. El hombre postmoderno que, encerrado en sí mismo, ha reducido su existencia al tener y al bienestar, oscureciendo la dignidad de la persona humana y olvidándose de los más débiles y desfavorecidos, también necesita el resplandor de la Palabra de Verdad que el Señor Jesús nos dejó para iluminar a todo hombre.
 
Es necesaria la luz de Cristo, que revela el hombre al hombre, para ver al otro como un don y poder así incorporarse al arte de vivir en el amor, la donación, la verdad y el servicio, para construir una civilización de la vida que ayude a alcanzar el bien común, cimentado en la dignidad e igualdad de todos los seres humanos. Lógicamente para que la Palabra brille con fuerza necesitamos, como decía Benedicto XVI en Porta Fidei, redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo. “La Iglesia en su conjunto, y en ella sus pastores, como Cristo han de ponerse en camino para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquel que nos da la vida”.
 
El orgullo de la fe implica, también, amor a la misión como afirmaba el Papa Francisco en la homilía del Encuentro Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro “La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9). Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo vayan, sino que dijo: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos»”. Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor nos confía a toda la Iglesia; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios.
 
Necesidad de la fe y la responsabilidad de llevarla al hombre de hoy es un doble objetivo del Día de la Iglesia Diocesana en el que queremos resaltar la vivencia de la fe de los cristianos que caminan como Pueblo de Dios en esta Diócesis de Canarias. Y para ello es necesaria la ayuda de todos, aportando nuestra oración, trabajo y dedicación en las distintas tareas parroquiales o institucionales. Además, con la celebración de este día, una vez al año, se quiere resaltar la ayuda económica tan necesaria para el sostenimiento de los sacerdotes, de la evangelización, de la catequesis, de las actividades pastorales, de la construcción y restauración de templos y de la atención a los pobres.
 
Con esta carta, os animo vivamente a que colaboréis para que nuestra Iglesia de Canarias pueda cumplir fi elmente su misión de sentirse orgullosa de la fe y pueda hacer presente el amor de Dios a todos los hombres. Como Obispo os agradezco, de corazón, vuestra entrega personal y vuestra generosa colaboración económica.

Con mi afecto y bendición.

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