Gracias por tanto
† Casimiro López Llorente
Obispo de Segorbe-Castellón
Queridos diocesanos, estimado lector:
Un año más celebramos el Día de la Iglesia Diocesa- na, una jornada dedicada a nuestra diócesis de Segorbe-Castellón, a la que pertenecemos los católicos que vivimos en su territorio.
La celebración del Año Jubilar con motivo del 775º aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe nos ofrece una oportunidad muy hermosa para conocerla mejor y para amarla más, para crecer en una mayor conciencia de pertenecer a ella, para responsabilizarnos con su vida y misión, y para sentirla como propia.
Recordemos que nuestra diócesis es la comunidad de los cristia- nos católicos, que vivimos en el territorio diocesano: la formamos obispo, sacerdotes, diáconos, religiosos y seglares; una gran fa- milia, que integra las comunidades parroquiales, agrupadas en los arciprestazgos, las comunidades de vida consagrada y otras comunidades eclesiales, los movimientos, los grupos y las asociaciones así como los servicios diocesanos
Nuestra Iglesia está llamada por Jesús –somos su Iglesia– a vivir muy cercana a todos para ser sembradora de esperanza, de mi- sericordia y de amor. El anuncio del Evangelio, la administración de los Sacramentos, la atención espiritual y humana a cuantos se acercan y las obras de caridad a los más necesitados, manifies- tan y hacen creíble el infinito amor de Jesucristo a todos los hom- bres. En ella encontramos el sentido verdadero de nuestra vida permitiéndonos descubrir el Evangelio como Buena Noticia para todos los hombres. Es la Iglesia la que nos acompaña en todos los momentos de nuestra existencia, sean alegres o tristes, por- que es nuestra madre, porque en su seno hemos nacido a la fe.
En estos momentos de crisis económica, moral y espiritual, el acompañamiento y la ayuda de la Iglesia son de gran esperan- za para una sociedad dolorida. Los católicos tenemos que ser personas dispuestas a escuchar, a acompañar y a ayudar como expresión de nuestro compromiso creyente.
Pertenecemos a una diócesis, la porción del pueblo de Dios de Segorbe-Castellón, presidida por el obispo; pertenecemos a una parroquia en la que vivimos la fe y somos testigos de ella. Tanto en la diócesis como en la parroquia experimentamos y celebra- mos el amor de Dios que hemos de transmitir a todos los hombres con la palabra y con las obras.
Para que quienes acuden a la Iglesia buscando ayuda puedan encontrar en ella una respuesta adecuada, es necesario disponer de los medios necesarios. La colaboración de los católicos y de cuantos valoran su labor es indispensable. En estas circunstan- cias, nuestra la colaboración es, más que nunca, expresión de vuestro compromiso eclesial. Todos tenemos que participar en la Iglesia y colaborar económicamente en su financiación. Todos somos necesarios. Gracias por tanto.
Con mi agradecimiento, afecto y bendición.