Es el debate recurrente. La Iglesia goza de grandes privilegios con origen en el Régimen Franquista. ¿Es eso cierto? ¿Vivimos todavía hoy en un Estados con tics confesionales?
¿Por qué el Estado tiene que mantener relaciones con la Iglesia si vivimos en un Estado laico? Comencemos por esta sencilla pregunta recurrente.
La Iglesia católica en España no tiene ningún privilegio, ni ningún régimen fiscal especial o único para ella sino que está sometida al régimen fiscal general como el resto de entidades no lucrativas como son fundaciones, asociaciones de utilidad pública, confesiones religiosas, etc.
Desde algunos sectores sociales se viene afirmando con rotundidad que la Iglesia dispone de una serie de privilegios fiscales, poniendo como ejemplo el IBI. ¿Qué hay de verdad en todo ello? Intentemos explicarlo brevemente.
La consultora KPMG, encargada de la realización del estudio publicado en 2018, cifra la aportación de la Iglesia en el 3,12% del PIB, más de 32.000 millones de euros, y 360.000 puestos de trabajo.
A partir del anuncio de modificación de la Ley Hipotecaria, las inmatriculaciones realizadas por la Iglesia vuelven a estar en boca de todos y eso que durante siglos nadie había puesto en cuestión la propiedad de muchos edificios, porque era evidente a quién pertenecía la catedral de Burgos o una pequeña ermita “perdida” de cualquier pueblo de España.
Resultan recurrentes los titulares de prensa que recogen información sobre las aportaciones que la Conferencia Episcopal Española ha realizado en los últimos años a TRECE en contraposición a lo que ha destinado a Cáritas.
«El gran reto es conseguir que la mayoría de las declaraciones de la Renta lleven marcadas las dos casillas». José Luis Pérez, Cáritas España.
Está de moda meterse con la Iglesia. Lo difícil, lo valiente es defenderla. También lo difícil es pensar y argumentar no de forma demagógica sino con verdad. A falta de ofrecer algo constructivo, ¿qué hacemos? Criticar a la Iglesia. Vamos a desmontar algunos de los tópicos que se dicen sobre la Iglesia.
En la era de las 'fake news' es muy común encontrar todo tipo de proclamas donde se acusa falsamente a la Iglesia de tener privilegios. Yo propongo un ejercicio: cambiemos el paradigma y miremos la situación desde otro punto de vista. ¿Cuáles son mis derechos como ciudadano cristiano?