Hasta el momento en que se puso en marcha el nuevo sistema de asignación tributaria, la Conferencia Episcopal entregaba copia de su contabilidad completa sobre el reparto del dinero recibido. Es decir, el libro diario y mayor de todos sus movimientos económicos. Posteriormente se entendió que la mejor forma de rendir cuentas a la sociedad debía ser mediante la presentación de una memoria explicativa del conjunto de actividades realizadas por las distintas instituciones de la Iglesia partiendo de los fondos recibidos por la asignación tributaria y su reparto. Una memoria que viene siendo revisada año a año por una prestigiosa firma de auditoria internacional.
Pero se han dado muchos más pasos, destacando algunos:
- La Conferencia aprobó la creación de una oficina de trasparencia y animó a la Diócesis a crearlas, dotándolas de un reglamento base.
- Se ha creado un portal de trasparencia a nivel nacional y las Diócesis también lo están replicando.
- Se aprobó en 2016 una adaptación de plan contable para entidades de Iglesia si como un protocolo de buenas practicas en inversiones financiera s y protocolo de mediadas contra blanqueo de capitales.
- Muchas Diócesis publican sus propias memorias en estas fechas.
- Se está adoptando un nuevo software de gestión
- Y por supuesto, se atiende a todos los requerimientos cuando se perciben fondos públicos, como cualquier otra entidad
La Iglesia estará siempre dispuesta siempre a dar razón de lo recibido y a donde se ha destinado, en función de sus fines propios. Es posible que falta todavía camino por recorrer, per lo haremos entre todos.
Previo: Las otras presencias, la religión en la escuela, los capellanes y los hospitales
Continuación: La colaboración en la labor social de la Iglesia
Charla Club S. XXI, por Fernando Giménez Barriocanal