La envoltura de andamios de la torre de la santa iglesia catedral del Salvador es un ejemplo de cuanto se pretende. En menos de un año estará rehabilitada y, previa consolidación de su estructura, dispuesta para ser visitada. Cerquita de las campanas restauradas será posible tomar el pulso de una ciudad que despierta.
Los restos de los antiguos muros medievales hacen de los yacimientos arqueológicos que asoman a sus pies un atractivo más. La antigua Casa del Abad será recuperada también en el lugar como centro de recepción para los visitantes del primer templo diocesano.
Exentas de estas dependencias, ya enseñan desde hace siglos el origen en un templo anterior ubicado en la plaza de la Encarnación, presidido hoy por el monumento a san Juan Pablo II. Mira la efigie de bronce un templo que se está convirtiendo en un modelo de ofrecimiento al visitante con respeto a las prioritarias celebraciones religiosas.
No muy lejos, San Dionisio Areopagita ha recuperado recientemente su esplendor. Templo mudéjar enclavado en la placita más bella del casco urbano, la Casa del Patrón ha sido un objeto de una recuperación que ha previsto, además, disponer sus dependencias al servicio de la comunidad parroquial.
Antes de salir del antiguo Jerez intramuros, la iglesia de San Mateo está ahora en labores de recuperación de su sacristía junto a la Hermandad del Desconsuelo, que la tiene como sede. Se trata de uno de los ejemplos con más carga histórica: construida a expensas de Alfonso X El Sabio tras la Reconquista, preside la zona de primera población hace más de siete siglos.
Y doce años cerrada al culto estuvo la de Santiago el Real y de Refugio. La dejación de la administración autonómica (a su cargo por ser Bien de Interés Cultural), inmersa en un conflicto con la constructora, hizo que fuera tarde. Reabierta hace un par de años, el impulso que aglutinó a toda la ciudad para salvarla permitió que hoy en día cuente también con una muy visitada exposición permanente.
A siete kilómetros, la Cartuja de Santa María de la Defensión, poblada hoy por una comunidad de Hermanas de Belén que acaban de estrenar celdas restauradas y mejoras en sus claustros. Obras realizadas gracias a la inversión del Estado, propietario tras la desamortización de este inmueble que pasa por ser el principal monumento de la provincia. Las celebraciones de la eucaristía en su templo se han convertido hace mucho tiempo en reclamo para quienes han descubierto la sugerente belleza de su liturgia. Y, desde luego, es buena noticia la puesta a disposición de los ciudadanos de una hospedería recién construida que pone al alcance de todos la cercanía de la espiritualidad de las religiosas. Una prodigiosa oportunidad para que un retiro sea provechoso.
Todo el territorio diocesano está, pues, despierto a la intención de disponer de un patrimonio conservado, rehabilitado y dotado para que la sociedad entera cuente con sus posibilidades. Muestra de ellos son, además, la exposición permanente de la parroquia de Santa María de la Asunción de Arcos de la Frontera, la adaptación del museo de Santo Domingo de Guzmán en Bornos, o nuevos templos construidos en los últimos tiempos en El Puerto de Santa María, Jerez o Sanlúcar de Barrameda.
GABRIEL ÁLVAREZ LEIVA
Delegado diocesano de medios
de comunicación
Diócesis de Jerez de la Frontera